viernes, 12 de septiembre de 2014

Fin de semana



Para mí, los días más lindos de la semana son el viernes por la noche y la mañana del sábado. Ese tiempo se me hace eterno y lo disfruto tanto!
Cuando llego del trabajo, empieza mi fin de semana, a veces hago pizza o empanadas o cenamos "ya-te-vi" de cualquier cosa (esto es: todo los restos de comida que hay en la heladera guardados en tuppers). Pero lo mejor viene después, cuando los chicos ya están durmiendo y  puedo darme el lujo de ver una peli completa (sin volumen para no despertar al bebé), mientras como algo dulce, un chocolatito, una galleta o hasta una manzana. Seamos sinceras, como todo eso a veces.


El sábado nos levantamos cuando queremos (más o menos, si Mario trabaja o los bebés se despiertan temprano), uso piyama hasta el mediodía,  nada nos corre, es un placer.  Los chicos remolonean en la cama grande, donde espontáneamente se dan las escenas más dulces y tiernas que una mamá puede ver.





Generalmente desayunamos todos juntos: té con leche para papá, lo mismo para Agus, una mamadera para Juani, teté para el bebé y mate para mí.. Cómo disfruto de los chicos, mi mate, marido en casa, la compu ( y sí, no podía faltar) y ese silencio especial de los sábados que no es deprimente a diferencia del domingo. 

Claro que ese disfrute tiene su precio, el almuerzo se atrasa, la casa está patas para arriba,la tarde no dura nada. Todo lo que dejé para hacer el sábado, no lo hice y quedará pendiente una semana más.
Ya enseguida se hace de noche, y el domingo se nos viene encima. No me gusta para nada el domingo, me recuerda odiosamente que al día siguiente hay que trabajar, volver a la rutina, a los madrugones. Pero ese es otro tema, otro día.




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